jueves, 13 de septiembre de 2018

Prólogo

Fueron muchos años los que en compañía de mi esposa, hoy mi Ama transitamos los caminos del aprendizaje y conocimiento del FemDom.

Hace mucho, pero mucho tiempo descubrí mi gusto por el sometimiento sexual a una mujer, poco sabia del tema, salvo que me excitaba. Y cuando digo mucho tiempo me remonto a mi época de la escuela primaria. Ya ahí fantaseaba con estar sometido y castigado por una u otra maestra.

Durante mi adolescencia el despertar hormonal me hizo olvidar mi fantasía de sometimiento. Luego de pasar los veinte conocí a la que hoy es mi esposa y comenzamos con pequeños castigos durante los juegos sexuales previo al coito. Alguno que otro pellizcó de testículos los cuales mucho me excitaban y despertaban mi fantasear.

En los primeros anos de matrimonio, debo decir que llevamos más de veinte, los juegos de dominación comenzaron a surgir. Aunque se limitaban únicamente a juegos con duración acotada a ese momento.

Una vez que pudimos estabilizar la economía de la pareja, comenzamos a viajar y esto sin dudas abrió un poco nuestras mentes, pudimos conocer playas nudistas, ciudades auto declaradas Gay, locales de sex-shop que no se ocultaban, en resumen descubrimos un mundo sexual que no se reprimía y que se mostraba orgulloso de su diversidad sexual.
Comprendimos que no éramos locos, ni raros. Simplemente nos gustaba algo más, algo distinto.

Nobleza obliga,  debo contar que en esos momentos mi señora declaraba que no le desagradaba practicar ese tipo de juego,  pero que no era su elección primaria. 
Así continuamos durante años, era un subí y baja de emociones. Yo con la idea de que ella gustaba de complacerme y nada más.

Nació nuestra hija y más o menos todo continuo igual, yo investigando sobre el tema en la red y contándole mis hallazgos, ella escuchando y transmitiendo que lo hacia para complacerme pero sin mucho agrado y continuaba nuestros claros y oscuros.
Creó que si graficara nuestra incursión en lo que hoy conocemos como FemDom sin dudas daría una sinusoide.

Buscando en la red llegaron los escritos de Elisa Sutton, una estadounidense precursora del tema, mucho nos ayudaron a comprender los roles de cada uno. Yo le transmitía lo que iba aprendiendo y muchas veces compartíamos la lectura con mi señora.

Poco a poco fue aceptando el hecho de ser mi Ama, asistimos a un par de eventos especializados en el tema y conocimos a una Domina profesional, quizás esto ultimo fue uno de los hechos que más marcaron un hito en la relación, a partir de la charla que ellas tuvieron y de las que poco me entere, mi señora cambio y se metió más en el rol de Ama, exigiendo pequeñas cosas en nuestra relación, como que cuando estemos solos en la casa la llame Ama y guarde el respecto que merece.
Sin dudas esto se acercaba mucho a mi ideal de relación. 

Pero he de comenzar este diario en el día que TODO cambió, el día  que realmente comenzó a gestarse la relación matrimonial FemDom, o sea ser su esclavo dentro de una sociedad en la cual aún debemos mostrarnos como un matrimonio vainilla por nuestro bien y principalmente por el de nuestra hija.

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