.- Se hace lo que mi Ama quiere
.- Yo solo tengo derecho a obedecer
La cosa es que una vez más hice enojar a mi Ama, sin dudas esto ha de parar con mi culo soportando una lluvia de azotes.
En un momento de la tarde, temprano. Mi Ama se acerca a mi y me dice: "Anda al gimnasio, desnudate y esperame de rodillas"
Tenemos un pequeño gimnasio armado separado unos cuantos metros de la casa. Sin decir palabra cumplí su orden.
Estaba de rodillas frente a la puerta de entrada, desnudo y con la cabeza baja, esperaba a mi Señora.
Pasaron unos cuantos minutos y se abrio la puerta. Solo podía ver los pies de mi Ama y parte de su pierna.
Sin decir palabra paso a mi lado como si no existiera, oí abrir un cajón, seguro en el que guardamos los látigo y demás elementos.
¡ De pie ! sentencio

Comenzó a colocar una tobillera la cual tiene un pitón de amarre,
¡El otro!
Así siguio hasta que tubo los tobillos y las muñecas con sendos dispositivos de amarre, sin media otra palabra que sus ordenes, claras y concisas.
Sin dudas estaba enojada.
Luego amarró los pitones al espaldar de modo que quede mirando el espaldar con piernas y brazos abiertos. Una perfecta X , exponiendo mi espalda y mi culo al salón.
Me sonaba raro porque nunca me había inmovilizado para azotarme.
Pero esta vez era diferente, comenzaron a arribar los azotes sobre mi culo, usaba un látigo de cuero trenzado que es muy dificil de soportar, por lo menos para mi.
Mis lamentos no mitigaron la lluvia de azotes, de un lado y luego desde el otro, mientras me reprendía por mis faltas.
No sé bien cuantos fueron, pero mi culo estaba incendiado.
Por fin la lluvia ceso, mi Ama acaricio mi dolorido culo y suavemente me dijo al oído, "¿Entendistes? - ¡Eres mi esclavo, ubicate! - ¡Sino vas a sufrir mucho!"
¡Y se fue !
Cuando la puerta se cerro detrás de Ella, no entendí, ¿olvido desatarme?, ¡ya me castigo!
Que equivocado estaba, mi castigo recién comenzaba, ahí estaba yo, atado, mirando la pared detrás del espaldar, con la poca luz que se filtraba por las cortinas cerradas.
Seguro que en unos minutos vuelve.
Que equivocado que estaba, pasó mucho tiempo, bien no lo sé. La posición es nefasta ya que tenes el peso del cuerpo fuera de equilibrio con tus pies los cuales están amarrados por delante. Si aflojas las piernas cargas el peso sobre las muñecas, lo cual no es muy grato.
Mis piernas piernas estaban acalambradas, cuando oí la puerta abrirse nuevamente. Sin dudarlo le pedí perdón, le rogué piedad.
Otra vez se quedo callada, hasta que nuevamente arribaron los latigazos a mi culo y con ellos las sentencias de mi Ama.
¡espero que aprendas la lección, porque de lo contrario no la vas a pasar bien!
Cuando considero suficientes los azotes, mi Ama me libero. Caí al suelo y me arrastre hasta besar sus pies y agradecerle por el castigo recibido.
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